Cada vez se nos proporcionan más alternativas, más inmediatez, más soluciones y accesibilidades, y cada vez más nos asombramos menos, nos desesperamos más por esperar unos cuantos segundos a que descargue cierta página, demandamos más, y entonces… más ofertas nos llegan.
En unos cuantos años, ya estaremos totalmente prostituídos por el medio, mucho más que ahora. En un futuro dependeremos 100% de lo que los medios nos comuniquen, de lo que los monitores nos transmitan, de lo que veamos en las pantallas, de la aprobación de los demás basada en lo que la modernidad imponga.
Veamos una prueba de cómo seremos, cómo amaremos, la definición que le daremos al amor, a la pareja, el significado que adjudicaremos a nuestro cuerpo…
El significado de belleza, que tendremos, de moda, la fuerte necesidad de aceptación, y la dependencia de que nos guíen por dónde ir, cómo ser, a quién seguir, qué rol o papel ajeno tomar para “Ser alguien”.
Tengamos cuidado con lo que nos quieren vender, FILTREMOS que nos alimenta y qué no.Suena utópico, o quizá idealista, pero es real y cuando menos nos damos cuenta estamos inmersos en el poder de los medios, remolino invisible y vigoroso, que puede ayudarnos a descubrirnos, a fomentar fe en nosotros mismos y nuestras habilidades, pero a la vez, sino ponemos cuidado, puede hacer que nos desconozcamos, y que de pronto dejemos de creer en nosotros mismos y por lo tanto sigamos a alguien más.